sábado, 9 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír 4.


A la mañana siguiente recogí a Sonia de su casa, hacía mucho tiempo que no íbamos juntas al instituto, me contó que había tenido una pelea muy fuerte con su novio, Jesús, le dije que no se preocupase, las peleas estaban para que luego hubiera reconciliaciones, luego, yo le conté la historia de mi abuela del día anterior, ``Se quedó muy interesante´´ me dijo, yo le contaba las historias a todo el mundo siempre que tenía la oportunidad, m llenaban mucho y quería que las demás personas pudieran disfrutar y sentir lo que yo sentía escuchándolas. Muchas veces había pensado hacer un libro contando esas historias pero en este momento, no tenía tiempo, quizás más adelante.


``-Yo, no conocí a ninguno de  mis abuelos.
-Vaya, lo siento, yo estoy muy contento de que estén vivos, sabes me ayudan mucho y los quiero muchísimo.
-Ojala yo los hubiera conocido.
-No te preocupes, sabes, tú llegarás a ser una abuela algún día, así que podrás ser, lo que no tuviste.
-Pues la verdad, eso haré, ¿Siempre resuelves así los problemas?
-Sabes, de eso estoy muy orgulloso, no se exactamente de donde saqué esa forma de ver las cosas, í de mis abuelos, mis padres o de mi propia invención, pero me he dado cuenta, de que sí, en la vida las personas te pueden tratar de muchas maneras y si hay alguien que te trata mal, puede que a esa persona no la cambies y siga así siempre, pero tu puedes no convertirte en esa persona, no haciéndole eso a nadie y también puede3s hacer esas cosas que las personas desean que les hagan, no se, es simplemente tratar a los demás como quisieras que te trataran a ti.
-Pues ahora que lo dices, si todos hiciéramos eso, el mundo cambiaría.
-Sí, sabes por eso te lo estoy diciendo, yo creo que uno a uno, poco a poco podríamos cambiar el mundo, pero muchas veces somos muy egoístas y no somos capaces de pensar en algo más allá de nosotros.
-Si, pero creo que si nunca has sido egoísta, no te puedes dar cuenta de lo que has hecho, de lo que pensabas en ese momento.
-Bueno claro, no es lo mismo escucharlo, que vivirlo.
Y así nos pasamos la mañana, hablando de cosas que el mundo simplemente, pasaba de comentar. ´´


Acababa de terminar de ducharme, fui al cuarto de mi hermana llevaba unos días triste y decidí que iba a llevarla a da una vuelta.
-Vir, deja todo lo que estés haciendo, nos vamos-dije sonriendo.
-Pues te vas a ir tu sola-bueno aunque sea arrastrando me la llevaría.
-Pues lo siento mucho, pero aunque te tenga que llevar en brazos, ¡Tú te vienes conmigo!
-¡Me quieres dejar!-me dijo cuando empecé a empujarla para que empezara a caminar. Al final la convencí, bueno en realidad fue obligada, pero ella sabía que cuando me ponía así o lo hacía o lo hacía.
Nos llevamos a Toby y cogí las llaves del garaje de mi abuela, había tenido una gran idea, iríamos al lago y nos  montaríamos en la barca de mi abuela, estaríamos toda la mañana y parte de la tarde, recorreríamos el lago y terminaríamos el día viendo el atardecer, algo interesante para un sábado radiante.


``Por la tarde Dorian y yo quedamos en el lago a las seis, íbamos a empezar de cero y buscar pruebas sobre que ocurría en ese lugar tan especial. Mientras íbamos en la barca:
-Pues sabes he estado todo el día pensando en lo que hemos hablado antes.
-A mi me pasa muy a menudo-dijo Dorian.
- He llegado a una conclusión y voy a empezar ahora- Dorian se quedó mirándome perplejo, ¿Qué estaría pensando? Saqué un cuaderno y un bolígrafo.
-Mira, esto que ves, cambiará mi vida- dije sonriendo.
-Pues vaya, si la gente con eso cambiará su vida, el mundo sería muy diferente a lo que es.
-Claro, pero solo ocurre en ciertos casos, en los que la gente se da cuenta y esto solo pasa si alguien te abre los ojos, por eso, muchas gracias-me abalancé sobre él y le di un abrazo enorme, la barca se tambaleó un poco, pero por suerte, no caímos al agua.
-Jajaja, de nada, pero venga cuéntame de que se trata.
-Pues mira en esta libreta voy a apuntar, lo que quiero ser y lo que no voy a ser nunca, porque no está bien, porque no es bueno ni hacerlo ni se el sujeto a quién se lo hacen.
-¡Eso es fantástico!
-Yo si no te importa me voy a copiar.
-Perfecto, serás después de mí la segunda persona que conozco que seguirá esta forma de vida.
Cuando llegué a mi casa estaba muy cansada, tanto que ni siquiera me dio tiempo a pensar en todo lo que había aprendido ´´


Mi hermana y yo no s lo pasamos genial, tan bien que cuando volvíamos en la barca Vir se quedó dormida, así que le dije que ella se fuera para casa, Toby y yo iríamos al parque a ver el atardecer.
No había ido desde el jueves de la semana anterior, porque ese jueves no pude ir a casa de mi abuela. Aunque no lo había pensado, sabía que había ido, porque desde que vi a ese anciano, tenía mucha curiosidad por saber quién era.
Cuando llegué al banco allí estaba:
-Hola-dije.
-Hola, Léa.
-¿Cómo estás?
-Pues bien, ¿y tu? El jueves no viniste ¿Qué te paso?
-No pude ir a casa de mi abuela y no puede tampoco venir aquí.
-Pues no sabes lo que te perdiste, cuando el sol estaba la mitad en el cielo y la otra mitad escondido tras las colinas, observé que apareció la luna, la imagen era preciosa, pero lo fue más aún cuando una bandada de pájaros salió de entre los arboléis volaron en dirección al sol.
-Ohh! Tuvo que ser precioso, era la imagen de la esperanza.
-¿Cómo sabes eso?
-Ah, lo de la esperanza, mi abuela, ella me enseña muchas cosas y estoy orgullosa de que esté en mi vida.
-¡Eso es magnífico! Cuento he deseado yo ser abuelo y ya no lo seré nunca.
-Nunca digas nunca, mira tengo una solución a tu problema, a partir de ahora, yo seré tu nieta, nos veremos aquí cada jueves y nos comportaremos como si nos conociéramos de toda la vida.
-¿De verdad harías eso por mí?
-Claro, si yo estuviera en tu lugar, me gustaría que lo hicieran.
-No se de donde has sacado esa teoría, pero así llegaras muy lejos.
-Sabes una persona puede intentar cambiar el mundo y conseguirlo o no intentarlo y no conseguirlo, yo pienso que intentar es mucho mejor, porque así, nunca surgirán dudas de que pasaría se lo hubieras hecho.
-Sabes, me acabo de dar cuenta de que tú y yo nos vamos a llevar muy bien.
-Tienes mucha razón, el jueves nos veremos, que duermas bien, abuelo- dije sonriendo, me sentía muy bien, no entendía como podía ser tan fácil, hacer feliz a alguien.

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