viernes, 29 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír 7

Era lunes y estaba ayudando a mi madre a plantar unas semillas en el jardín, le gustaban mucho las flores y la verdad no tenía otra cosa que hacer, así que la ayude, además hacía mucho tiempo que no hacía nada con ella, nos habíamos distanciado y nuestra relación era fría, no recordaba a mi madre cariñosa, me daba mucha pena que no intentara salir de ese lugar oscuro donde vivía, de ese sitio especial del que no quería salir, pero cuando hablaba de ella, se ponía peor, incluso una vez empezó a chillarme y echarme la culpa de algo de lo que nadie tiene culpa, que todos hemos aceptado menos ella. La muerte de mi padre, le quitó su vida también y ella no estaba dispuesta a pasar página, a deshacerse de su ropa y de sus cosas, a abrirse de nuevo al amor. Estaba cansada de pelearme con ella, así que, después de ayudarla a plantar las semillas, ella se fue al trabajo y yo aproveché para ir a su cuarto y coger la ropa de mi padre, no iba a tirarla a la basura, pero la metí en una caja y la subí al desván.
-¡Léa, ven aquí!- si, se había dado cuenta.
-¿Qué quieres?
-Que, ¿qué quiero? Donde está la ropa de tu padre.
-Pues donde debía de estar hace mucho tiempo.
-Pero, ¿Quién te crees que eres?-y entonces me pego, me sentí mal, muy mal, solo quería que se diese cuenta, de una vez por todas.
-¡Sabes quién soy, soy tu hija y solo quiero ayudarte, y que te des cuenta de que Virginia y yo te necesitamos!-No esperé su respuesta, subí a mi cuarto y cogí
Mi mochila, metí el pijama y me fui. No iba a aguantar que me hiciera más eso, no me lo merecía, yo le ayudaba en todo y ella solo me hacía sentir culpable. Fui a casa de mi abuela, ella me consoló y me dijo que me podía quedar el tiempo que quisiera y que hablaría con mi madre.


``Últimamente estaba muy contenta, me sentía llena de vida, me sentía viva, era difícil ocultarlo, sobre todo a Iris, que hacía bastante tiempo que notaba que estaba rara. Pero no iba a contárselo, por lo menos no ahora, primero tendría que hablarlo con Dorian y después ya vería lo que haría. Era domingo, por la mañana después de hacer los deberes y estudiar, me hice un bocadillo, lo envolví y me fui al lago, pero esta vez sola. Hacía mucho que no me dedicaba tiempo para mí, cuando llegué dejé en la orilla la mochila con la ropa y me tiré de cabeza al agua, estuve nadando bastante y buceando, me encantaba bucear y observar los animales que podías ver en el lago y las plantas submarinas, también había rocas muy llamativas, que eran preciosas. Cuando llegué a la orilla en el lugar donde dejé mi mochila, había una nota. La leí ``Mira al horizonte y un poco más abajo a ras del agua encontrarás el camino que debes seguir´´. En efecto, miré al lago y allí estaba la barca, era Dorian el que había cogido su mochila. Me monté en la barca y fui al sitio donde nos reuníamos, allí encontré otra nota: ``Detrás de una cascada, encontrarás tu destino´´. Busqué la cascada, no se como no la había visto antes, pero Dorian no estaba, así que entré por la cascada. Era enorme el espacio que escondía, estaba todo lleno de velas en el centro  había una nota ``Siéntate, cierra los ojos y escucha el sonido del agua´´. Eso hice, no té unos pasos y después Dorian rozó  sus labios con los míos. Aquellos labios que me encantaban saborear, que podría besar eternamente, que muchas veces echaba en falta. Después siguió besándome el cuello y así me recorrió todo el cuerpo. Con Dorian había sentido muchas cosas. Pero nunca nada tan fuerte, si por mi hubiese sido, hubiese parado el tiempo en ese momento y vivirlo siempre.
-Sofía,  te quiero.
-Muchas gracias por esto-Me puso el dedo en los labios.
-Calla, esto acaba de empezar- sabía a lo que se refería, íbamos a hacer algo que sentíamos, que en ese momento necesitábamos.
Poco a poco nos quitamos la ropa, era como sino fuera la primera vez, como si estuviéramos tan unidos que no hacían falta las palabras, que con cada beso, con cada caricia, pudiéramos hablar, sin necesitar otro medio. Era una sensación extraña, al principio me dolió, pero después el dolor desapareció, sentía como el fuego ardía entre nosotros, sentía que era algo inexplicable, pero era un momento tan bello, era la unión más hermosa que existe.´´

martes, 19 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír 6


``Cuando llegué a mi casa, me sentía la persona más  afortunada del mundo, Dorian sentía lo mismo que yo, no había nada que pudiera estropearme esa felicidad, ese extraño sentimiento que vivía ahora en mí, que no quería que desapareciera, que deseaba seguir sintiéndolo siempre. Pero claro, esto solo quedaba en mí, no podía decírselo ni a Iris y eso me costaba, era la primera vez que me pasaba algo así y no poder revelarlo era duro, pero era por Dorian así que como pude, lo estuve ocultando.
-Sofía, hola.-Dijo Dorian.
-¡Hola!-estábamos en el lago decidimos quedar allí, todos los días a las seis, así nadie sospecharía.
Y la verdad que esa hora que pasaba con él, era mi preferida del día. La investigación no iba nada mal, habíamos descubierto que ``Jason´´ ese mamífero que cuidábamos no había estado solo, por lo menos en el pasado, habíamos encontrado un esqueleto, y aunque no éramos expertos, sabíamos que era como él.
-¿Cómo te ha ido el día?-Me dijo.
-Pues bien, aunque ha sido un poco aburrido-dije mirando hacia abajo.
-Que tonta eres, no tienes que dejar de divertirte y de vivir tu vida, porque sí, cuando estamos juntos nos encontramos muy bien, pero piensa que no podemos dejar de lado nuestra vida, al resto de las personas, el otro día me diste ese consejo, ahora lo estoy haciendo, dejé mi capa de invisibilidad de lado y me dije que iba a tener amigos, a superar al miedo y ahora me encuentro muy bien.
-Me es muy difícil, me es difícil no poder compararte con los demás y ver que tu eres mejor que ellos y que por eso me aburro y no me lo paso bien.
-No te lo pasas bien, porque tú no quieres pasártelo bien, de veras, inténtalo, cuando pienses en que yo soy mejor que es una tontería, acuérdate de acordarte de que todo el mundo es especial y siempre te pueden aportar algo que nadie más tiene.
Con una sonrisa, le dije que lo haría, tenía razón, también tenía que dejar de soñar tanto cuando estaba con los demás porque muchas veces no les escuchaba ni siquiera, me estaba transformando en alguien que no era yo, por pensar demasiado en alguien, así que me planteé hacer lo que me dijo Dorian.
Nos bajamos de  la barca, el agua estaba brillante, nos sentamos en unas rocas y la brisa nos rozaba las mejillas, era una sensación liberadora, que parecía que te murmuraba al oído, ``tu puedes con todo´´.
Dorian se portaba tan bien conmigo, era tan agradable, sincero y lo mejor de todo es que él era así, que era buena persona, que las cosas, le salían del corazón, que no le deseaba nada malo a nadie.
-Sabes eres la persona más buena que conozco.
-Eso no es nada, tu tienes algo que pocas personas tienen, tienes un alma radiante, que se observa desde lejos y eso es lo que hace que tus ojos brillen con esa inocencia de un niño mezclado con una madurez que pocas personas desarrollan a lo largo de su vida.
-Nunca has pensado en ser un escritor, porque se te daría genial. Pero eso del alma y todo eso es muy exagerado, simplemente veo la magia que tiene la vida, que pocas personas deciden ver, pero que a mí me hace seguir hacia adelante, porque he aprendido que lo peor que puedes hacer es no tener ninguna mea, es vivir sin vida, es no sé, perder la esperanza, el intentar ser feliz.
-Tú lo has sentido alguna vez verdad.
-Sí, es que si no lo sientes, no sabes lo que es, no se es extraño.
Me dio un abrazo y un beso en la frente y en un susurro ``No te preocupes, no dejaré que vuelvas a caer en eso, ahora no estás sola´´.

-Abuela, estas historias son fabulosas, eres la mejor.
-Por eso te las cuento, para que veas que esa magia existe, que nos rodea, pero que hay que saber verla y saber vivir con ella, te lo cuento para que aprendas y algún día lo vivas tu también, te lo digo porque te quiero.-Hay que ver cómo era esta abuela, me había hecho llorar.
-No sabes la suerte que tengo de tenerte, ni te imaginas lo que me enseñas, lo que aprendo de la vida, lo grande que me estoy volviendo moralmente, ojalá hubiera más personas como tú.
-Léa, no es tan difícil, es ir poco a poco, es descubrir la vida, es disfrutarla, es ser capaz de desear lo que tengas y siempre sonreír, tanto ante los problemas, como las sorpresas, alegría y buenos momentos. Es vivir sin más´, con lo que hay y sorprenderte de cada paso que das y ver lo que conlleva y lo que se aprende y simplemente aplicar lo aprendido.
-Anda ven aquí abuela, -La abracé y le di un beso.-Sabes tú has estado ahí siempre y lo único que temo es que algún día desaparezcas, te vayas…-No pude seguir hablando, era como si me ahogara, como si el miedo me paralizara, estaba asustada y triste, como si se avecinara un desastre, ella no podía desaparecer.
-Ya esta, mírame, yo siempre estaré contigo, sabes por qué, porque me llevas en tu corazón y nunca te abandonaré, siempre estaré ahí y tu sabes que es así. Creo que ya es hora de que te de esto-Se desabrochó el colgante que siempre llevaba puesto, lo abrí y dentro ponía ``Nunca olvides sonreír ´´. Era precioso, me lo puse y volví a abrazarla, la quería, era una de las personas más importantes de mi vida.
Me fui al parque, había quedado con Marcos.
-Hola-Dije.
-Hola, Léa, ¿Te ha pasado algo, parece que has llorado?
-Nada importante, solo que he pensado por un instante que mi abuela poco a poco esta llegando al final de su vida y yo no quiero que llegué.
-Léa, no te preocupes, el día que pase eso, tu serás fuerte y nada ni nadie podrá contigo, además aquí me tendrás para lo que necesites, pero aún queda mucho tiempo para que eso pase, no pienses en las cosas que pueden pasar, si no han pasado aún, no vale la pena te lo aseguro.
-Muchas gracias, se que tu estarás ahí, por cierto por qué te fuiste ayer.
-Ya te lo dije, tenía que hacer cosas.
-No, se que no lo hiciste por eso, venga dime por qué.
-Vale, seré sincero, vi que esa puesta de sol la teníais que vivir vosotros, que sois jóvenes y no pintaba nada un anciano con vosotros.
-Eso son tonterías, vosotros las personas mayores, sois capaces de ser tan especiales, nos podéis llenar de vida y eso no lo consigue mucha gente.
-Gracias, pero yo eso lo perdí hace mucho tiempo.
-Eso no se puede perder, pero ¿Qué pasó?
-Bueno cuando era joven conocí a una muchacha, era una chica llena de vida, era preciosa, encantadora, pero un día tuve que irme de ese lugar donde estaba viviendo y ni siquiera me pude despedir como debería de haberlo hecho.
-Vaya lo siento mucho, y no puedes volver a ese lugar y buscarla, decirlo  eso que pasó y pedirle perdón.
-Ahora no sirve de nada, ella se casaría y ahora tendrá incluso nietos.
-No pierdas la esperanza, sé que llevas mucho tiempo así, hazlo por ella, yo te ayudaré a encontrarla, estaremos juntos en esto-Le cogí la mano y se la apreté con mis dos manos-Marcos no puedes irte de este mundo sin hacer eso, esto es una señal, es por algo, es porque yo te puedo ayudar, por favor inténtalo.
-Me lo pensaré pero han pasado muchos años y muchas cosas.
-Eso no es excusa, porque nunca esta tarde y ya sabes que mejor tarde que nunca, no lo olvides.
-Bueno y que el muchacho este, Lucas es un buen chico ¿No?
-¿Qué insinúas?
-Que parece que el amor ha llegado a tu puerta.
-Jajaja, no lo creo, eso lo veo tan lejano, demasiado bonito para que me ocurra.
-Eso a todos nos llega y tú, no vas a ser menos y no tengas miedo, da oportunidades, esta vida siempre sorprende y cuando menos te lo esperas, entonces ocurre.
-Sí, eso es verdad, pero aún es muy pronto para decirte que siento por ese muchacho, lo acabo de conocer, pero pasará lo que tenga que pasar.
-Muy bien dicho, hay queda, todo esta en el destino, pero no debemos preocuparnos, debemos aprovechar las oportunidades y luchar por lo que queremos.
-Muchas gracias, sabes eres capaz de dar muchos ánimos.
-Me gusta que las personas luchen, solo así aprenden a que las cosas no te las regalan.

lunes, 18 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír 5.

``Por la tarde quedé con Iris, y que Dorian y yo decidimos quedar el domingo, nos iríamos a comer al lago y estaríamos todo el día allí, íbamos a empezar de nuevo, como si lo acabáramos de descubrir.
Iris y yo, nos llevábamos muy bien, ese día fuimos de compras, había sido una semana dura, con muchos exámenes, necesitábamos relajarnos.
-Por cierto Sofía, ¿Dónde estuviste ayer? Me pasé por tu casa, pero no estabas.
-Ah! Ayer, bueno es que así a dar una vuelta por el lago.
-Que rara estás últimamente, ¿No tienes nada que contarme?
-¡Qué va! Es que los exámenes no me sientan nada bien y estaba muy nerviosa, entonces cogí y me fui a que me diera el aire.-No me sentía bien mintiéndole, pero no podía defraudar a Dorian, él había confiado en mí y yo tenía que devolvérselo.
Al final de la tarde fuimos a mi casa y estuvimos hablando de todo un poco, me fijé que las conversaciones con Iris eran muy divertidas, pero hubo un instante, en el que tuve nostalgia, al recordar las conversaciones tan interesantes, que tenía con Dorian, él iba a ser un buen amigo. Y el hecho de que hubiera confiado en mí, para algo tan importante como ese secreto hacía que naciera entre nosotros una unión, que nadie podría romper.´´

Acababa de salir de clase e iba a ir a mi casa cuando de repente, un chico me paró por la calle.
-Perdona-Dijo desesperado-has visto a un pastor alemán, es un cachorro.
Justo cuando le iba a contestar, miré hacía el parque y allí estaba, corriendo crucé la calle y lo perseguí hasta cogerlo.
Exhausta, me senté en el césped cogiendo al travieso cachorro, que empezó a jugar con mis cordones.
-Muchas gracias, ¿Cómo te puedo recompensar?
-No hace falta de verdad, ha sido pura casualidad.
-¿Tienes algo que hacer ahora?
-No, pero no hace…-Y antes de que terminara la frase, nos dirigíamos a una cafetería.
-¿Cómo te llamas? Yo soy Lucas, encantado.
-Mi nombre es Léa, pero no tienes porque recompensarme, cualquiera hubiese hecho lo mismo.
-No te creas, ha habido unas cuantas personas que han pasado de mí.
-Pues no lo entiendo, tenemos mucho tiempo para hacer de todo, ¿Por qué no somos capaces de ayudar a alguien que lo necesita?
-Pienso igual que tú, pero la gente es así, lo único que podemos hacer es ser diferentes, aunque los demás no se den cuenta.
-Sí eso hay que hacer, y no te preocupes se darán cuenta pero de lo que no han hecho otras personas por ellos y cuando piensen así, solo tienen que cambiar ellos.-Llegó el camarero.
-¿Qué van a tomar?
-Una coca-cola.
-Una fanta de limón-Dije.
-Sabes hay pocas personas que serían capaces de aceptar, ni siquiera insinuar, que lo que dices es la pura realidad.
-Hay que decir las cosas y punto, no se puede vivir engañado,  ¿De qué sirve?
-Es una forma de aceptar que el mundo es así y punto, son ignorantes y cerrados, demasiado dogmáticos.
-Pues sí, está bien ser más abierto, ver más perspectivas.
-Por cierto, ¿tú tienes mascota?
-Sí, tengo un labrador rubio, se llama Toby y tiene unos dos meses.
-Pues cuando quieras los podemos pasear juntos.
-Me encantaría, por lo menos, podríamos hablar de cosas importantes y temas que algún día podremos enseñar a alguien con ellos.
-Jajaja, por supuesto, ¿Tu donde vives? Yo cerca del lago.
-Pues entonces vivimos cerca, yo vivo al lado del parque Tasman.
-Pues entonces mejor seguramente nos veamos por allí.
Estuvimos hablando un buen rato, que día más raro, no me había pasado nunca eso, pero estuvo muy bien, había conocido a alguien que se parecía a mí, y me alegraba que no todo el mundo fuera un ignorantes y que hubiera personas como Lucas, que además tenía mi edad y no se dejaba llevar por los demás, que eso era algo que yo tenía que hacer a menudo, y por eso no era muy popular, ni tenñia muchos amigos, pero los que eran mis amigos, valían más, que todos los demás.


``Ya había pasado una semana desde que Dorian y yo empezamos a investigar, no habíamos encontrado nada, pero poco a poco avanzaríamos, o eso pensábamos, aún así teníamos muchas esperanzas.
Era domingo y estábamos en la barca dirigiéndonos a  nuestro lugar secreto.
-Oye Dorian, ¿Cómo es que no te juntas con nadie en el instituto?
-Pues es que llevo muchos años mudándome de un sitio a otro y se me quitan las ganas de hacer amigos, para luego perderlos de nuevo. Y tú no sé, cuando te vi, dije ella me ayudará.
-Y acertaste, pero no pienses así, no hay nada peor que la soledad y no te la mereces, eres alguien que tiene mucho que aportar al mundo.
-Sabes tú sí que tienes que enseñar al mundo-No lo entendía, no sabía en que se basaba esa relación, sólo, sabía que era especial y que no quería que desapareciera nunca, que ya se había adaptado a mi día a día, que ya era alguien importante y que cada vez que lo veía, mi corazón latía más rápido ¿Qué era lo que sentía? Era algo extraño pero bonito, que daba miedo, pero a la vez una sensación de alivio, de libertad, un sentimiento exótico.
Ese día cuando volvíamos a nuestras casas, pasamos por el parque y nos sentamos en los balancines. Cuando el sol comenzó a esconderse, Dorian se acercó, delicadamente puso mi cara entre sus manos, primero me besó en la mejilla, después se fue acercando a mis labios, yo me sentía atraída, confusa, sentía mariposas en el estómago y me abrumaba una sensación tan extraña pero a la vez tan bella.
-Perdona-Dijo Dorian.
-No te tengo que perdonar, te has dejado llevar por algo, algo que yo también siento. Y tú has sido valiente y…-No me dejó terminar y me volvió a besar, otra vez esa sensación recorrió mi cuerpo de la cabeza a los pies, era un cosquilleo que me erizaba la piel, pero me hacía sentir muy bien.
-Sofía, me encantas, desde que vi ese brillo en tus ojos, esa forma de ver la vida, esa chica dulce que me sonreía en cada clase, que se quedaba en mi memoria grabada a todas horas, que me ha ayudado tantas veces, sin yo mismo saberlo.´´

Ese jueves salí de casa de mi abuela y me dirigí al parque, allí estaba Marcos, con esa sonrisa que expresaba alegría y tristeza al mismo tiempo.
-Hola-Le di dos besos en la mejilla, ¿Qué tal la semana?
-Pues bien, no me ha pasado nada especial, ¿Y a ti como te ha ido?-Dijo marcos.
-Muy bien, el otro día conocí a un muchacho, se le acababa de escapar su perro y al final lo encontré y me invitó a un refresco.
-Que bien, me tendrás que presentar a ese muchacho.
Por supuesto abuelo, cuando quieras-Miré al frente y me fijé en que venía hacia mí un pequeño cachorro, se acercó y empezó a morderme los cordones, sí lo conocía y allí estaba el perro al que había salvado hacía unos días.
-Mira, parece que ahí está tu amigo-Me dijo Marcos, era muy inteligente, yo no había icho nada y él ya sabía que ese era el muchacho del que yo hablaba. Cuando Lucas se acercó, Marcos me dijo-Ya me lo presentarás más adelante, me acabo de acordar de que tengo que hacer unas tareas, cuídate pequeña.
De repente la tarde se había vuelto más cálida aún, el cielo se volvió más naranja y Lucas y yo no parábamos de reírnos y hablar de todo tipo de cosas.
-Un día tenemos que ir al lago juntos.-Dije.
-Pues sí, estaría bien, eso sí, nada de animales.
-Jajaja, tienes razón.
-Oye, ¿Tienes hora?
-Sí, las nueve y media.
-¿Sí? Ya me tengo que ir-Se levanto y se despidió con un beso.
-Ya nos veremos por aquí Léa, ¡Un beso y cuídate!
-Vale, hasta pronto.-No se que tenía ese muchacho, pero yo, que había llegado a la conclusión de que el amor no estaba dispuesto a entrar en mi corazón, que era algo que huía de mí. Esto estaba cambiando, yo estaba asustada, ya me había pasado varias veces y había salido mal y no quería que sucediera más, porque lo único que sentía era más frustración cuando las cosas no salían bien. Pero bueno, no me iba a calentar mucho la cabeza, si algo había aprendido, era que eso no servía para nada.

sábado, 9 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír 4.


A la mañana siguiente recogí a Sonia de su casa, hacía mucho tiempo que no íbamos juntas al instituto, me contó que había tenido una pelea muy fuerte con su novio, Jesús, le dije que no se preocupase, las peleas estaban para que luego hubiera reconciliaciones, luego, yo le conté la historia de mi abuela del día anterior, ``Se quedó muy interesante´´ me dijo, yo le contaba las historias a todo el mundo siempre que tenía la oportunidad, m llenaban mucho y quería que las demás personas pudieran disfrutar y sentir lo que yo sentía escuchándolas. Muchas veces había pensado hacer un libro contando esas historias pero en este momento, no tenía tiempo, quizás más adelante.


``-Yo, no conocí a ninguno de  mis abuelos.
-Vaya, lo siento, yo estoy muy contento de que estén vivos, sabes me ayudan mucho y los quiero muchísimo.
-Ojala yo los hubiera conocido.
-No te preocupes, sabes, tú llegarás a ser una abuela algún día, así que podrás ser, lo que no tuviste.
-Pues la verdad, eso haré, ¿Siempre resuelves así los problemas?
-Sabes, de eso estoy muy orgulloso, no se exactamente de donde saqué esa forma de ver las cosas, í de mis abuelos, mis padres o de mi propia invención, pero me he dado cuenta, de que sí, en la vida las personas te pueden tratar de muchas maneras y si hay alguien que te trata mal, puede que a esa persona no la cambies y siga así siempre, pero tu puedes no convertirte en esa persona, no haciéndole eso a nadie y también puede3s hacer esas cosas que las personas desean que les hagan, no se, es simplemente tratar a los demás como quisieras que te trataran a ti.
-Pues ahora que lo dices, si todos hiciéramos eso, el mundo cambiaría.
-Sí, sabes por eso te lo estoy diciendo, yo creo que uno a uno, poco a poco podríamos cambiar el mundo, pero muchas veces somos muy egoístas y no somos capaces de pensar en algo más allá de nosotros.
-Si, pero creo que si nunca has sido egoísta, no te puedes dar cuenta de lo que has hecho, de lo que pensabas en ese momento.
-Bueno claro, no es lo mismo escucharlo, que vivirlo.
Y así nos pasamos la mañana, hablando de cosas que el mundo simplemente, pasaba de comentar. ´´


Acababa de terminar de ducharme, fui al cuarto de mi hermana llevaba unos días triste y decidí que iba a llevarla a da una vuelta.
-Vir, deja todo lo que estés haciendo, nos vamos-dije sonriendo.
-Pues te vas a ir tu sola-bueno aunque sea arrastrando me la llevaría.
-Pues lo siento mucho, pero aunque te tenga que llevar en brazos, ¡Tú te vienes conmigo!
-¡Me quieres dejar!-me dijo cuando empecé a empujarla para que empezara a caminar. Al final la convencí, bueno en realidad fue obligada, pero ella sabía que cuando me ponía así o lo hacía o lo hacía.
Nos llevamos a Toby y cogí las llaves del garaje de mi abuela, había tenido una gran idea, iríamos al lago y nos  montaríamos en la barca de mi abuela, estaríamos toda la mañana y parte de la tarde, recorreríamos el lago y terminaríamos el día viendo el atardecer, algo interesante para un sábado radiante.


``Por la tarde Dorian y yo quedamos en el lago a las seis, íbamos a empezar de cero y buscar pruebas sobre que ocurría en ese lugar tan especial. Mientras íbamos en la barca:
-Pues sabes he estado todo el día pensando en lo que hemos hablado antes.
-A mi me pasa muy a menudo-dijo Dorian.
- He llegado a una conclusión y voy a empezar ahora- Dorian se quedó mirándome perplejo, ¿Qué estaría pensando? Saqué un cuaderno y un bolígrafo.
-Mira, esto que ves, cambiará mi vida- dije sonriendo.
-Pues vaya, si la gente con eso cambiará su vida, el mundo sería muy diferente a lo que es.
-Claro, pero solo ocurre en ciertos casos, en los que la gente se da cuenta y esto solo pasa si alguien te abre los ojos, por eso, muchas gracias-me abalancé sobre él y le di un abrazo enorme, la barca se tambaleó un poco, pero por suerte, no caímos al agua.
-Jajaja, de nada, pero venga cuéntame de que se trata.
-Pues mira en esta libreta voy a apuntar, lo que quiero ser y lo que no voy a ser nunca, porque no está bien, porque no es bueno ni hacerlo ni se el sujeto a quién se lo hacen.
-¡Eso es fantástico!
-Yo si no te importa me voy a copiar.
-Perfecto, serás después de mí la segunda persona que conozco que seguirá esta forma de vida.
Cuando llegué a mi casa estaba muy cansada, tanto que ni siquiera me dio tiempo a pensar en todo lo que había aprendido ´´


Mi hermana y yo no s lo pasamos genial, tan bien que cuando volvíamos en la barca Vir se quedó dormida, así que le dije que ella se fuera para casa, Toby y yo iríamos al parque a ver el atardecer.
No había ido desde el jueves de la semana anterior, porque ese jueves no pude ir a casa de mi abuela. Aunque no lo había pensado, sabía que había ido, porque desde que vi a ese anciano, tenía mucha curiosidad por saber quién era.
Cuando llegué al banco allí estaba:
-Hola-dije.
-Hola, Léa.
-¿Cómo estás?
-Pues bien, ¿y tu? El jueves no viniste ¿Qué te paso?
-No pude ir a casa de mi abuela y no puede tampoco venir aquí.
-Pues no sabes lo que te perdiste, cuando el sol estaba la mitad en el cielo y la otra mitad escondido tras las colinas, observé que apareció la luna, la imagen era preciosa, pero lo fue más aún cuando una bandada de pájaros salió de entre los arboléis volaron en dirección al sol.
-Ohh! Tuvo que ser precioso, era la imagen de la esperanza.
-¿Cómo sabes eso?
-Ah, lo de la esperanza, mi abuela, ella me enseña muchas cosas y estoy orgullosa de que esté en mi vida.
-¡Eso es magnífico! Cuento he deseado yo ser abuelo y ya no lo seré nunca.
-Nunca digas nunca, mira tengo una solución a tu problema, a partir de ahora, yo seré tu nieta, nos veremos aquí cada jueves y nos comportaremos como si nos conociéramos de toda la vida.
-¿De verdad harías eso por mí?
-Claro, si yo estuviera en tu lugar, me gustaría que lo hicieran.
-No se de donde has sacado esa teoría, pero así llegaras muy lejos.
-Sabes una persona puede intentar cambiar el mundo y conseguirlo o no intentarlo y no conseguirlo, yo pienso que intentar es mucho mejor, porque así, nunca surgirán dudas de que pasaría se lo hubieras hecho.
-Sabes, me acabo de dar cuenta de que tú y yo nos vamos a llevar muy bien.
-Tienes mucha razón, el jueves nos veremos, que duermas bien, abuelo- dije sonriendo, me sentía muy bien, no entendía como podía ser tan fácil, hacer feliz a alguien.

miércoles, 6 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír 3

``No sé como explicártelo, probablemente, no te lo creas, pero de verdad, no es una broma, todo esto me lo enseñó mi abuelo y yo no dudo de su palabra. Mi abuelo se crió en este lago y conocía todos los rincones que hay en él. Un día cuando descubrió este lugar, se dio cuenta de que había en él algo mágico y especial, estuvo mucho tiempo volviendo aquí, para descubrir que ocurría, un día encontró algo- de repente se calló, me miró a los ojos, no se que tenía, pero con su mirada me decía todo, él tenía un secreto, que estaba dispuesto a revelarme, que me iba a decir en ese momento.
-Continua, no te preocupes sea lo que sea, no le diré nada a nadie-parece que se tranquilizó y continuó hablando.
-Bueno pues lo que descubrió es esto-dio un silbido muy peculiar, después de unos segundos, me di cuenta de que había algo en el agua, me acerqué y ahí estaba.
-Pero, esto no es un delfín o algo así, que hace en un lago.
-Te equivocas, parece un delfín, pero no lo es, mi abuelo lo descubrió e investigó mucho sobre todos los mamíferos de mar, no hay ninguno con estas características.
-Pero y por qué no se lo dices a alguien, tal vez, algún experto te podría ayudar.
-No, eso no lo haré, no te das cuenta de que lo único que harían sería hacerle daño, someterle a experimentos y pruebas, él vive aquí feliz, yo vengo a visitarlo y pesco algunos peces para él.
Después de explicarme todo, volvimos a nuestras casas, este fue el principio de la magia, el principio del gran secreto de mi vida. ’’


-Hola.
-Hola, abuela-era jueves, mi día preferido de la semana, últimamente las historias de mi abuela, estaban cada vez más interesantes.
-¿Qué tal te ha ido la semana?
-Bien ¿Y a ti?
-Bien también, por cierto me ha dicho tu madre que tienes un perro, ¿Cómo la convenciste?
-Jajaja, me costó la verdad, pero lo conseguí, por cierto abuela, tengo que decirte algo, mi madre no está nada bien desde ese acontecimiento, desde ese día, desde ese instante, en el que el tiempo se paró y parece que se quedó viviendo en ese momento y aún sigue allí.
-Carolina, en eso ya me había fijado, pero no te preocupes, necesita tiempo, bastante tiempo, no puedes hacer más de lo que haces, aunque parezca que no, ella va mejorando, pero eso no se cura de la noche a la mañana.
-Tienes toda la razón, tendré paciencia, no la atosigaré e intentaré no recordarle eso, ya hace casi un año y bueno en realidad es relativamente poco tiempo- me acerqué a mi abuela y le di un abrazo, tenía mucha suerte de tenerla, era una persona muy especial, me aportaba tranquilidad, paciencia y mucho cariño, yo sabía que  quería llegar a ser una persona así, como ella.



``A la mañana siguiente, cuando desperté pensé que había soñado lo que ocurrió la tarde anterior, pero al ver los zapatos sucios, manchados de barro, me di cuenta de que aquello era muy real y que me estaba pasando algo sorprendente, tan sorprendente que no podía revelárselo a nadie.
Era sábado, pero aún así me desperté pronto, hice los deberes y desayuné. Después cogí una mochila, metí dentro unas galletas, una botella de agua, una libreta y un lápiz. Le dije a mi madre que volvería para la hora de comer, que iba a hacer un trabajo, a paso ligero llegué a la cala donde Dorian y yo estuvimos la tarde anterior, pero no estaba la barca, así que decidí ir a llamar a Dorian, vivía en una casa muy grande, estaba rodeada de las tierras que también tenía su familia y tenía varios caballos. Llamé a la puerta, pero como nadie contestó, así que rodeé la casa y me acerqué a las cuadras, me asomé y ahí estaba Dorian.
-Hola.
-hola, ¿Cómo has entrado?
-Llamé a la puerta pero como nadie respondió, vine a las cuadras y aquí estoy.
¿Para qué has venido?
-Pues es que he ido a la cala, pero no estaba la barca y he decidido venir a buscarte.
-Pues no voy a poder ir, tal vez, esta tarde, es que tengo que practicar a montar a caballo y mis padres no me dejan.
-Bueno como quieras, por cierto ¿No puedo acompañarte? Es que le he dicho a mi madre que iba a hacer un trabajo y la verdad, no tengo a donde ir-me ayudó a montarme en su caballo, Trueno, era precioso de un color oscuro, pardo. Y después salimos de su casa y nos dirigimos hacia el bosque que había cerca del lago.
-Qué bonito es montar a caballo, nunca lo había hecho.
-Es otra de las pasiones que me inculcó mi abuelo, sabes le debo mucho. ´´

-Abuela, ¿Ya? Venga un poco más.
-Lo siento, pero estoy cansada y además tienes que irte ya.
Mientras estaba yendo hacia el parque me di cuenta de que sí, mi abuela me contaba historias, ¿Pero de donde las sacaba? ¿Eran reales o no? Todas estas preguntas desaparecieron cuando llegué al parque y vi que había alguien en mi banco, cuando me acerqué observe que era un anciano, me miró y me sonrió delicadamente.
-Hola-dije.
-Hola, hace buena tarde, ¿No crees?
-Sí, la verdad que es cálida, hoy el atardecer va a ser más hermoso de lo normal.
-Ojala que sí, ¿Vienes aquí mucho? Por cierto mi nombre es Marcos.
-Si, de hecho estoy aquí todos los jueves. Soy Léa, encantada-después de esto, estuvimos callados contemplando el atardecer, cuando el sol estaba tan bajo, que casi había desaparecido:
-Tengo que irme ya, mi madre me está esperando.
-Encantado de conocerte, espero que nos veamos pronto.
-Igualmente, hasta pronto.
No sé porque, pero no le conté a nadie la existencia de aquél anciano, Marcos, ni siquiera a mis amigos, fue extraño.

Nunca olvides sonreír 2.

-Sí, mama ya sé que he llegado muy tarde, que no lo debo de hacer, que mañana me quedo sin pizza para cenar y que la abuela necesita descansar-todos los jueves pasaba lo mismo.
-Muy bien, entonces aplícate el cuento ya que te lo sabes tan bien, por cierto tu hermana me ha dicho que cuando llegaras fueras a hablar con ella.
Subí las escaleras y entré en su cuarto:
-Hola! Te tengo que contar la historia de hoy, lo malo es que no la ha terminado la abuela!
-La verdad no importa-algo iba a mal, ¿Cómo no iba a querer escuchar la historia?
-¿Te pasa algo?-sus ojos empezaron a llenarse de lagrimas, sí, pasaba algo, de repente sentí un escalofrío mi hermana pocas veces se ponía así.
-Será mejor que hablemos mañana, estoy muy cansada y necesito descansar.
-Bueno como quieras-salí de su habitación y fui a mi cuarto había sido un día muy largo y lleno de emociones. Pero eso era lo que me gustaba, mucha gente pensaba que perdía mucho el tiempo y sí no me tiraba todo el día estudiando pero conseguía sacar buenas notas y vale no eran sobresalientes, pero creo que es mucho mejor tener vida de todo tipo a sacar todo matrícula o por lo menos eso fui aprendiendo con el tiempo.

Cuando estaba preparada para ir al instituto fui al cuarto de mi hermana y le dije que me contara lo que le pasaba, me explicó que era por unas chicas de su clase (por cierto mi hermana se llama Virginia y tenía 15 años), que no se como se la habían ingeniado para que se peleara con su mejor amiga, yo sinceramente odiaba a esas chicas, unas tontas que solo se divertían haciendo este tipo de cosas a la gente, me sacaban de quicio.
-Bueno tu no te preocupes tiene que haber una solución, si tú no has hecho nada malo, te tendrá que comprenderte.
-Luna, quieres dejar de decir tonterías, se ha acabado nuestra amistad, no te lo he dicho, pero es que se va, se va a ir a vivir a Madrid han trasladado a su padre y…-de nuevo empezó a llorar, me acerqué y le di un abrazo.
-Vir, tu no te preocupes yo estaré contigo ya veras, además tenéis Internet, móvil, no va a ser tan difícil-regrese a mi cuarto y cogí la foto de papa, si habíamos podido soportar aquello podríamos con todo-Ani lo conseguirás.

Volvía de casa de mi abuela, estaba cansada, había sido un día agotador. Tenía que pasar por un parque que estaba situado a las orillas del lago, me encantaba estar allí, , así que siempre que volvía de casa de mi abuela, me sentaba en un banco y observaba el atardecer, me encantaba ese momento del día, cuando se hacía la oscuridad, pero desde donde yo estaba, alejada de las farolas, se podían ver perfectamente las estrellas, allí era donde yo reflexionaba, sobre la vida, sobre lo que yo quería ser. Cuando llegué al banco me dí cuenta de que había en él un perrito, era un labrador de color rubio, estaba llorando, ¿Por qué la gente era tan cruel? Lo cogí y lo puse en mi regazo, era precioso, poco a poco se fue durmiendo, decidí que ya era la hora de irme, me llevaría al perro, aunque, sabía que me esperaba un sermón, típico de mi madre.

``Llegué al lago, fue extraño, porque Dorian no estaba, me acerqué a los columpios y me senté en el balancín, todavía me estaba preguntando qué hacía allí, no sabía por qué había ido. Después de un rato cuando había decidido que ya no esperaría más, Sergio apareció, me pidió perdón por la espera y me cogió de la mano, corriendo me llevo a un pequeño lugar, una especie de cala, en el lago observe que había una pequeña cala:
-¿Qué hacemos aquí?-pregunté.
-Es que quiero enseñarte algo, súbete a la barca-me subí con cuidadosamente, se balanceaba mucho y no tenía ganas de caerme, ya me había mojado bastante por hoy.
No dijimos ninguna palabra, hasta que aparecimos en un lugar que no había visto nunca, era fabuloso, era una parte salvaje del lago y dudo que alguien más que nosotros, la hubiera visto.
-Me encanta, que sitio más bonito ¿Cómo lo has descubierto?
-Te voy a contar la verdad, no lo sabe nadie y no se porque pero contigo a mi lado siento que puedo llevar a cabo una cosa, que le debo a mi abuelo, el murió hace unos meses.
-Vaya, lo siento mucho, te ayudaré en lo que necesites.
-Muchas gracias, Sofía, ahora te explicaré todo lo que se. ’’


-Léa, ¡He dicho que no! No podemos quedarnos con un perro y lo sabes, trae muchos cargos y responsabilidades, que tú no vas a hacer.
-Mama, te prometo que te ayudaré, pero por favor, dame una oportunidad, tal vez, una semana, si ves que no lo cumplo ganas tú y llevare al perro a la perrera.
-¡He dicho que no!
-¡Estoy harta! No puedo volver de casa de la abuela tarde, la tomas con Vir y conmigo siempre, últimamente estas insoportable y lo único que sé es que tu no eras así antes de que ocurriera eso-cogí al perro y llorando subí las escaleras, es que no se daba cuenta, ¿Por qué tuvo que pasar eso? De verdad todos lo habíamos superado, en cambio ella, por más que no lo dejara ver, no era la misma, creo que muchas veces vivía más en el pasado que en el presente.
Más tarde, subió y entró en mi cuarto, se acercó con los ojos llorosos, melancólica, triste, se sentó a mi lado, en la cama, me dio la mano y un beso.
-Está bien, te concedo esa oportunidad, pero si no lo cumples, sabes que no podrás convencerme de nuevo.
-Muchas gracias, no te defraudaré-Mi madre salió del cuarto, que bien había conseguido que el perro se quedara. Me puse el pijama y le hice al perro una especie de cama con unos cojines y unas camisetas viejas.

lunes, 4 de abril de 2011

Nunca olvides sonreír.

Lo dije, me arriesgué, pero la respuesta fue un no, por suerte yo no sentía algo fuerte, no sentía amor. Y esa persona no es la que quería en mi vida, ya que si sintiese algo no me hubiera dicho eso. De todos modos sabía que esa sería la respuesta. Aun así tenía que continuar mi vida y no iba a insistir más, él ya lo sabía, si algún día quisiera una oportunidad, yo se la daría.
Me desperté temprano, así que me preparé lentamente, aunque en realidad siempre me gusta prepararme poco a poco y por eso madrugo bastante. En un instante, miré por la ventana y si quedaba algo de tristeza en mí, desapareció con la brisa de la mañana. Fue como si un paisaje me iluminara, en realidad, eran la luz del sol y la luna al mismo tiempo, esa imagen se me quedó grabada, como la luz de la esperanza, en todo este tiempo aún la recuerdo.


Me desperté temprano, tenía que prepararme, era jueves, el día de visitar a la abuela, me encantaba ir allí a su casa, me gustaban sus pasteles, su ternura, pero sobre todo sus historias, eran realmente especiales y siempre me ayudaban en mi día a día, además cuando estaba triste, conseguía sacarme una sonrisa, ella siempre me dice ''Nunca olvides sonreír'' y tiene mucha razón, porque si te tomas la vida muy en serio, después lo pasas mal y llega un momento en el que no te gusta  tu vida y ni siquiera te gustas a ti mismo.


''Todavía recuerdo ese día, era un día nublado y estaba lloviendo, ese día me dormí y no me di cuenta de que llovía hasta que salí a la calle y se me empezó a mojar el pelo, vaya día, tenía la sensación de que iba a ser un mal día.
Llegué al instituto, por lo menos no llegué tarde, pero estaba completamente mojada y me empezó a dar frío. Para colmo se me había acercado Rubí (una chica muy creida y orgullosa, que no miraba más allá de su cuerpo y su vida).
-Hola-me dijo.
-Hola.
-Sabes he aprobado el examen de historia, las notas están puestas en el tablón de la entrada.
-Ah, que bien!-ese examen me salió fatal, sabía que iba a estar suspenso.
-¿Quieres saber tu nota? Aunque la verdad creo que te va a amargar el día.
-No, no hace falta-Por fin llegamos a la clase me senté en mi sitio, Iris no había llegado, probablemente no vendría, el día anterior tenía fiebre, así que parecía que el día iba a ser peor aún.''

-Bueno aquí lo dejamos por hoy Léa, tienes que irte ya, sino tu madre se preocupará y después me regañará a mí por dejarte salir a la calle tan tarde.
-De verdad abuela, no lo entiendo, tengo diecisiete años, no me va a pasar nada-me levante y me dirigí hacia la puerta.
-Léa, piensa que, que tu madre no fuera así sería lo raro, se preocupa porque te quiere-No sé como lo hacía pero ella siempre tenía  razón.